Las 4 farolas de bronce de la plaza de la Universidad custodian las cuatro leyendas de Catania (Gammazzita, Colapesce, Uzeta y los hermanos Anapia y Anfimono).
Gammazita era una hermosa muchacha de Catania, ya prometida. El soldado francés Droetto se enamoró de ella, hasta el punto de que la joven de Catania nunca salÃa sola, excepto un dÃa, cuando al dirigirse al pozo cercano al castillo de Ursino fue perseguida por el soldado y, para mantener su virtud, Gammazita decidió arrojarse al pozo y suicidarse antes que deshonrar a su marido.
Los piadosos hermanos Anapia y Anfinomo, jóvenes campesinos de etnia, se vieron sorprendidos por una fuerte erupción, ya que la única solución era huir rápidamente, pero para salvar a sus padres se los pusieron a hombros. Esta decisión permitió que la lava les alcanzara y, según cuenta la leyenda, el rÃo de magma se dividió y luego se reunió, salvando a la familia. El episodio fue muy conocido en la antigüedad como ejemplo de pietas. Se consideró un alarde de Catania y se acuñaron monedas, se levantaron templos y se esculpieron estatuas. Su tumba se colocó en el "Campo dei fratelli pii", cerca del templo de Ceres. Este acontecimiento probablemente también inspiró a Virgilio a través de la figura de Eneas, que salvó a su padre Anquises de las llamas de Troya.
Uzeta, un joven de origen humilde, se ganó el corazón y la buena voluntad del rey Federico II de Suabia gracias a su valor y coraje. Cuenta la leyenda que con su tenacidad derrotó a los gigantes Ursini, que por aquel entonces vivÃan en el actual castillo Ursino (del que toma su nombre), venciéndolos y expulsándolos del poderoso edificio. Esta hazaña también le valió la mano de la hija del rey Federico.
Cola Pesce es la leyenda más famosa de las tierras sicilianas, hábil buceador, tanto que también podÃa vivir bajo el agua durante meses.
El rey Federico II de Suabia, que se enteró de esta increÃble dote, le puso a prueba arrojando al abismo varios objetos preciosos, como su corona y su anillo, y pidiendo a Cola Pesce que los recuperara.
Éste informó sin esfuerzo de la petición del rey, relatando la increÃble maravilla del fondo marino siciliano, pero también de sucesos preocupantes, ya que Sicilia se apoyaba en tres columnas: una en el cabo Passero, otra en el cabo Lilibeo y otra en el cabo Peloro, justo debajo de Mesina, y que esta columna estaba a punto de derrumbarse.
El rey, alarmado, le pidió que fuera a comprobarlo mejor, pero dada la profundidad a la que se enfrentaba, Cola Pesce llevó consigo un puñado de lentejas diciendo que si las lentejas volvÃan a la superficie serÃa señal de su muerte.
Algún tiempo después de su inmersión, las lentejas volvieron a la superficie.
Según la leyenda, Cola Pesce no murió, sino que sustituyó la columna agrietada y sigue allà sosteniendo a Mesina y a toda Sicilia.
De hecho, cuando hay un terremoto, se dice que Cola, cansado de sostener la columna, cambia de hombro generando el temblor de la tierra.